Minnesota es de esos equipos que cambian radicalmente según jueguen en casa o fuera. Lejos de su estadio ya ha perdido ocho partidos de nueve disputados, mientras que delante de su público acumula cinco triunfos en tantos encuentros. Sorprende, además, su poca tendencia al empate, ya que lleva solo uno en lo que va de campeonato (en 18 jornadas). Esta vez recibe a Salt Lake, que como su rival también subraya aversión a las igualadas (2 en 18 partidos) e incapacidad para competir de visitante como lo hace de local. Y es que posiblemente es uno de los mejores en casa (25 de 30 puntos) y por el contrario, uno de los peores fuera (4 de 27).
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Minnesota es de esos equipos que cambian radicalmente según jueguen en casa o fuera. Lejos de su estadio ya ha perdido ocho partidos de nueve disputados, mientras que delante de su público acumula cinco triunfos en tantos encuentros. Sorprende, además, su poca tendencia al empate, ya que lleva solo uno en lo que va de campeonato (en 18 jornadas). Esta vez recibe a Salt Lake, que como su rival también subraya aversión a las igualadas (2 en 18 partidos) e incapacidad para competir de visitante como lo hace de local. Y es que posiblemente es uno de los mejores en casa (25 de 30 puntos) y por el contrario, uno de los peores fuera (4 de 27).